QUE SI QUIERES ARROZ, ROCA LLISA

Sol en Sta. Eulalia. Calor. Mangas cortas. Fulgores.

Ello casi me hizo olvidar que había visitado al dentista de nuevo a primera hora, aunque parece que no estoy tan mal de los caninos, etc, si bien he de volver el lunes. O que continúo persiguiendo a las fuerzas vivas de la cultura de estos lares, sin tanto resultado (por aquello de plantear un Taller de Cine y tal; de hecho hoy charlé con la encargada del Punt Jove, que dice encontrarse "algo interesada"; veremos).

Alguno había hoy tostándose en la playa. Pero el agua sigue estando demasiado fría...

En mi afán por no perder la línea -ya que las zapatillas de running que necesito cuestan un dineral, y he de tomar de momento la bici, y con gusto, ¿eh?-, decidí asomarme a Roca Llisa, más allá de Cala Llonga.

Me pasé una hora y media dando vueltas, porque es de notar que las señalizaciones en los caminos brillan por su ausencia por aquí. Lo cual tiene su encanto... hasta que te pierdes.

Pero el paisaje en el interior siempre es agradable, sobrio y bonito.

Más tarde -o séase, siete km. después-, descubriría que me había pasado de largo (y que Roca Llisa, en realidad, consiste en una urbanización de millonetis, tal y como me contó una señora a quien no fotografié, pero no importa, que tampoco era Sophia Loren).

Solo en Ibiza encuentras galerías de arte en tda regla y perdidas por esos caminos de Dios

Y ya de vuelta en mi localidad, no me resigné a quedarme en casa, y elegí la terraza del restaurante El Puntal, a quien hago publicidad gratuita, y donde una camarera muy simpática puede servirte el puchero del día, es decir, un arroz a la marinera con bebida y postre a cambio de siete euros y medio.

Son esas cosas que me puedo permitir, porque en mi clase de inglés del día, he cobrado quince. Y aún me llega para adquirir papel de cocina o bombillas de repuesto.

Y aquello estaba para chuparse los dedos. ¿Gustáis?...

Ñam Ñam Ñam

 Y en la próxima entrega de "EL MAR, IDIOTA, EL MAR...!":

"Viernes que te quiero viernes...".