Hace muchos días que no escribo. Y es que hace exactamente una semana, mientras paseaba distraídamente por la rambla de Sta Eulalia, comencé a experimentar unas molestias en el costado izquierdo. Como si alguien me estuviera apuntando constantemente con el dedo en el mismo sitio.
Ya hacía días que sentía esas molestias, aunque leves, pero en determinado momento, y mientras me planteaba si compraría algo para comer...
...un dolor especialmente agudo comenzó a influir en mi visión de las cosas...
Lo que me obligó a acudir a las urgencias del hospital de Can Misses, en la propia Eivissa, donde me sometí a un par de analisis de rutina.
(soy muy aprensivo, casi rezaba por no tener nada...).
Así comenzó el aburrido y doloroso periplo de la semana. Lumbalgia. Abdominales, fatal. Me recetaron un par de cosillas...
...y me recomendaron reposo relativo durante unos días, aplicando calor en la zona afectada. Nada muy emocionante, en verdad (al igual que lo que os estoy contando; pero lo tengo que contar, ¡que para algo he abierto un blog!).
Y si a ello añadimos el pedazo de constipado que ya había pescado...
...había de concluir que solo me quedaba jugar menos a la pelota con los niños de la playa, ir de acá para allá, y quedarme más en casa...
...y tratar de concentrarme más en un texto que quiero concluir.
Adiós natación, entonces, por unos días...
Adiós a los bañitos en el mar...
Al turismo local en bicicleta...
Y hola a los atracones de cereales, para compensar la soledad.
Y a las orgías de taca-taca-tac... (o al menos, intentarlo).
Claro que todo fue convenientemente amenizado por Proust...
Y algo a la busca del tiempo perdido, decidí aprovecharlo, qué remedio.
Me había convertido en una especie de moco humano e inmóvil.
Confieso que me he sentido más triste y solitario que nunca en esta isla.
(orgías de tic-tac, tic-tac...).
...Pero siempre podía observar tranquilamente, desde el paseo, cómo las velas que flotan en el mar, idiota, el mar, se asemejan a las alas de una mariposa partidas por la mitad, las cuales van cortejándose en círculos, por si dieran en configurar una entera...
Mi rasgo de actividad social más trepidante consistió en asistir a una soporífera conferencia en la "capital", en compañía de mi tía -y de su amiga Anna María, la italiana con quien medí la muralla de Dalt Villa-, acerca de la susosdicha fortaleza, y la necesidad de construirle inútiles escaleras mecánicas, ascensores... Elementos que solo conseguirían disturbiar la belleza de semejante lugar...
Venid alguna vez. Yo de momento visitaré Madrid este miércoles...
Y volveré el día 20, magníficamente acompañado (...te lo vuelvo a decir: ¡lo estoy deseando!).
Ah, y gracias a quienes han contestado alguna vez, comentando que les entretiene este modesto invento.
Muac!!
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ResponderEliminarAhora comprendo que aquel "Primer Pis" de la piscina de Sta. Eulalia; que ahora tendrás que repetirlo (PrimerPisBis) y enfrascarlo.
ResponderEliminar¡Póngase bueno y se me cuide las "abominables"!
Y elimina los Frosties de tu amplia selección de forraje para humanos
(mi pediatra me los tiene prohibidos por la cantidad de azúcar-sin-sentido que tienen).